Una vez más, esta semana Reunión de Majorettes se hace a cuatro manos: Mauro Entrialgo, uno de los dibujantes de cómic más populares del gremio, hizo su propia selección de canciones, y vino a pincharlas y a comentarlas a Radio ELA. Y siguiendo las reglas habituales: todas las canciones, además de ser del gusto del seleccionador, y de pertenecer a cualquier época y género, deben tener una temática en común. Y Mauro seleccionó como tema del programa ese icono popular norteamericano que representan los CADILLACS.
Mauro acaba de publicar su enésimo álbum recopilatorio, el 11º volúmen de las aventuras del observador y analista Ángel Sefija, "En camisa de once varas", que continúa la antología completa de las páginas que dibuja cada semana para la revista El Jueves. Tuvo el detallazo de traerme una copia y dedicármela, y ya está en la pila de lecturas a la espera de unirse a mi amplia mauroteca.
No creo que el invitado de esta semana necesite presentación, pero por si hubiera algún despistado, es de esos pocos dibujantes de tebeos que se dedica a ello profesionalmente (lo cual ya acorta el rango de manera exponencial), y forma parte de la Contracultura española contemporánea en la misma medida que lo pudieran hacer un Crumb o un Bagge en sus respectivas casillas espacio-temporales. Ha colaborado con sus brillantes ideas y sus inconfundibles viñetas en todos los medios escritos imaginables, dejó su impronta en los rincones más importantes de "Malasaña La Vieja" (y sigue haciéndolo, doy fe, en este barrio transformado en un parque temático del postureo), se ha introducido él mismo en la Industria Musical y también colabora habitualmente en la radio, pero la de verdad.
En el programa escucharemos un puñado de canciones sobre Cadillacs, elemento común aglutinador que en esta ocasión escogió Mauro debido a su poder metafórico, como ese objeto que representa, en toda la cultura popular (y por supuesto también en el rock), el ideal de opulencia, de manejo económico y de libertad. Pasear a unas rubias por el desierto, con el maletero repleto de farlopa, camino de la mansión en Florida. Sexo, drogas y rockabilly wasp. Las canciones acuden al Cadillac icónico para fardar de pasta y de atractivo sexual, y para fortalecer el influjo de pertenencia a los Estados Unidos de General Motors... Pero también ha sido adoptado como un icono en otros lugares del mundo, como las mansiones de los gangsta-raperos de la Costa Oeste, la Nueva Ola europea o incluso pafetos infectos de la Barcelona de los ochenta como el Merbeyé...
Esta tarde a las 18h, en RadioELA.
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