viernes, 5 de febrero de 2016

15 programas 15


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Ya llevo 15 programas de Reunión de Majorettes. En ellos he puesto más de 200 canciones de diferentes estilos, de todas las décadas del siglo XX y XXI, y también de siglos pretéritos en adaptaciones contemporáneas. En muchos idiomas distintos. Canciones que cuentan historias tristes o alegres, y que tienen una historia curiosa detrás. Temas instrumentales, a capella, canciones interpretadas por maquinitas, por muñecos, por músicos callejeros, por niños, por animales, por niños callejeros disfrazados de animales. Homenajes a músicos importantes y a artistas locales, o a la música folklórica de distintas latitudes. Canciones con onomatopeyas y ruidos extraños, composiciones originales o versiones inquietantes. Todo ello acompañado de mis improvisadas explicaciones, cuñas de risa, errores técnicos y balbuceos inconexos a veces. En un tiempo en que casi nadie escucha radio musical, en que algunos medios o poderes se empeñan en destruir, encasillar o monopolizar la cultura, y que la estrella de la radio fue asesinada por el vídeo hace más de 35 años, yo me lo paso muy bien poniendo este granito de arena, aunque lo escuche muy poquita gente, y no sé quiénes son muchos de ellos ni casi nadie me cuente qué le parece. Sé que tengo mucho que aprender y mejorar, pero siempre quise que existiese un programa musical como este, en el que el leit motiv de lo que suena no sea quién tiene más dinero para pagar a la emisora, ni un estilo musical específico, sino que cada programa se centre en un tema concreto, y que asocie historias, ideas y grabaciones muy diferentes, que de alguna manera puedan cobrar sentido sonando seguidas aunque aparentemente no tengan nada que ver; y un programa en el que suene música divertida y que no suele sonar en la mayoría de programas de radio. Huyendo de lo obvio, y abrazando el elemento de la imprevisibilidad y la anticipación.

No sé si podré seguir haciendo el programa en la emisora que me invitó a sacarlo adelante, Radio Arrebato (a lo mejor sí, espero que sí; pero ahora mismo no lo sé), y alguna vez me pregunto si merecerá la pena alguna vez el esfuerzo y el tiempo invertido, aunque generalmente me da lo mismo y lo hago porque me gusta y creo que seguiré haciéndolo durante algún tiempo, desde el micrófono que sea. Ojalá pudiera llegar a más gente que pudiera estar interesada, porque sé que hay 7 u 8 personas que lo escuchan habitualmente con muchas ganas, y que sí que me han dicho que les encanta el programa, y eso también motiva para seguir haciéndolo. Pero ojalá supiera cómo darlo a conocer a más potenciales oyentes. Cada podcast lo han escuchado a día de hoy entre 30 y 140 personas, con una media de 60 personas por programa subido a Ivoox (de las cifras de oyentes en directo, no tengo ni idea), a quienes les agradezco enormemente que estén ahí. No tengo medios para promocionarlo ni nada, y además hay miles de personas haciendo cosas e intentando llegar a la gente, pero Internet es un medio hostil y han conseguido dominar los mismos medios y poderes que históricamente le han dicho a la masa qué hay que escuchar, leer y ver. Es una época extraña, en la que un meme o un twit hecho en 10 segundos tiene más éxito y genera más tráfico y beneficios que un programa de radio que tiene bastante trabajo detrás, o incluso que una obra cultural que lleva meses y meses de trabajo para muchas personas. Al final en Internet se ha impuesto la misma dictadura de la mediocridad que domina el resto de medios, y tratar de sacar adelante un proyecto es descorazonador. A mí no me importa mucho, porque no es algo que haga para vivir, ni siquiera para sobrevivir, pero hay mucha gente desesperada y tirando la toalla ante este estado cultural de las cosas tan desaforado y en permanente cambio, en el que la gente no se gasta dinero por casi nada que no sea absolutamente necesario para su subsistencia y la de sus seres cercanos. Conozco casos muy dolorosos, no estoy pensando en absoluto en mi programa, que al fin y al cabo solo es un entretenimiento que espero que cada semana lo escuchen unos pocos aficionados mientras friegan los cacharros o se quedan dormidos por la noche.

En fin, que solo quería agradecer a quienes lo escuchan, a quienes me animaron a hacerlo, a quienes extienden la palabra y a quienes conciben la Música como algo maravilloso que no debe ser monetizado, ni prostituido, sino una simple manipulación del ruido que viaja por el aire y que surge en todas partes desde hace millones de años. Y estoy seguro de que del electro latino se sale.

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