Termina el verano. Desgraciadamente, tenemos que decir adiós al pisito en Dubai, a las orgías en las Islas Mauricio y aparcar el yate hasta el año que viene. Es hora de volver a trabajar. "Trabaja en algo, para que el diablo te encuentre siempre ocupado.", decía San Jerónimo. La Madre Teresa de Calcuta añadía: "Lo que importa es cuánto amor ponemos en el trabajo que realizamos.". El delincuente profesional Gerardo Díaz-Ferrán lo tiene muy claro: "Hay que trabajar más y cobrar menos para salir de la crisis". Igual que algunos políticos ultra liberales de extremo centro, que están empecinados en defender el derecho de la gente que quiera trabajar por 300 euros al mes, y lo expresan alegremente, como si nada.
Yo soy más fan de brillantes filósofos como Bob Black: "Eres
lo que haces. Si haces trabajo aburrido, estúpido, monótono, lo más
probable es que acabes siendo aburrido, estúpido y monótono."; como Bertrand Russell, que decía cosas tan normales como que "Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante.", o que "El ser capaz de llenar el ocio de una manera inteligente es el último resultado de la civilización.";
o como Henry David Thoreau, o Paul Lafargue, o Tom Hodgkinson, y otros grandes pensadores
en torno a la pereza y la ociosidad, sabios maestros. Pero, claro,
llevo toda la santa vida trabajando como un curri, aún no sé para qué, y no consigo hacer del ocio mi negocio, ni del relajo mi trabajo.
En el mundo de la música, el TRABAJADOR
es una inspiración constante, absoluta. Desde las canciones de los
esclavos negros del siglo XVIII (herencia del góspel africano y origen
del blues y el rock and roll y de muchas de las cuales aún se hacen
versiones), pasando por la canción protesta de mediados de siglo, la
canción del autor sudamericana, el folk británico o el punk de la clase
trabajadora... qué sé yo, hasta la música industrial de los ochenta, en
muchísimos y muy diferentes rincones del espectro musical nos
encontramos homenajes, himnos al currante, y canciones sobre el trabajo.
Es más: podría hacerse un programa especial cada semana sobre cada una
de las profesiones imaginables, y nunca se agotaría el asunto.
Por el momento, en esta introducción vamos a escuchar algunas de mis canciones favoritas en torno a todo esto, de forma genérica. Greatest hits del laburo, un playlist de amor al esforzado currifichante. Habrá un poco de todo: algunos de esos lejanos himnos góspel, pero también jazz, punk, blues, mucho rok and roll, y en fin, más o menos el cóctel variadito y ordenadito de siempre, que es mejor no anticipar. Esta semana, eso sí, va a haber muchos grupos y artistas conocidos, porque no me he podido contener, y es que parece que algunas de mis canciones favoritas se debieron componer mientras el joven artista soñaba con abandonar la rutina laboral y vivir de la música...
¡Ah! Al margen de todo esto, estoy buscando trabajo, y empiezo a estar un poquito desesperado y ansioso. A ver si hacer este programa me
sirve como una especie de ritual iniciático.
Este sábado a la hora de la siesta, no seas gandul y sintoniza Radio ELA.
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